Porsche - Viaje en el tiempo
Viaje en el tiempo
 

Viaje en el tiempo

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Bill MacEachern
Fan desde hace casi 50 años, el canadiense se contagió del virus Porsche cuando se subió por primera vez a un nueveonce. Nunca más condujo otra marca.

Bill MacEachern mantiene una relación muy especial con su Porsche. Ha recorrido con el deportivo más de un millón de kilómetros, una distancia que triplicaría la que dista entre la tierra y la luna. Hace 41 años este canadiense adquirió uno de los primeros Porsche 911 con motor turbo. Desde entonces el dúo ha vivido muchas aventuras. El entusiasta de Porsche recuerda ahora algunos momentos vividos.

«Yo crecí con muscle cars», cuenta Bill MacEachern, canadiense de Toronto de origen escocés, una persona franca y natural. «Cuando era joven tuve un Oldsmobile 442. En el autocine quedaba muy bien, pero se conducía como un camión de leche». Sigue riéndose sobre esta comparación espontánea, y casi en el mismo momento rememora la gran sorpresa que se llevó cuando en 1970 se sentó por primera vez en un Porsche, un 911 T rojo. «No me podía creer que ese automóvil fuera tan maniobrable, tan bien ideado y tan equilibrado. Y además de todo esto, cómodo, aunque sus medidas fueran tan ajustadas y tan deportivas».

Esta experiencia le marcó, y así nació su pasión por los automóviles deportivos de Zuffenhausen. Para su negocio, una empresa de limpieza de moquetas en expansión, adquirió un 911 plateado como coche de servicio. Poco después hizo otro descubrimiento: «En 1972 vi por primera vez un Porsche 917/10 en una carrera Can-Am. Potencia absoluta en una fracción de segundo. Me pareció la propulsión de un cohete». Cuando pocos años después Porsche puso a la venta en Canadá el 911 Turbo (930) MacEachern lo tuvo claro: este o ninguno. Su concesionario intentó incluso que cambiara de opinión. El vendedor le advirtió de que este modelo era temiblemente potente. ¿No sería una mejor elección un nueveonce con menos potencia? No, no para MacEachern. Se había enamorado. Perdidamente.

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Uno de los primeros: MacEachern recibió su Porsche 911 Turbo un año después de su introducción en el mercado.

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Uso diario: MacEachern sigue conduciendo su Porsche casi cada día.

1973

0 kilómetros / La crisis del petróleo

Repaso histórico: en 1973 se forman largas colas en las gasolineras. El carburante escasea. Mientras que algunos propietarios de automóviles piensan en cambiar a modelos más pequeños, el canadiense se mantiene firme en su decisión, que convierte en realidad en otoño de 1975: pide un 911 Turbo de color Midnight Blue con interiores de piel de corcho, asientos deportivos y diferencial bloqueador. Quizás, piensa, no vuelva nunca a tener la oportunidad de comprar un «deportivo tan maravillosamente insensato y radical».

1976

23 kilómetros / Un pequeño sobresalto

En mayo de 1976 el deportivo es transportado por avión desde Alemania. El número de serie le identifica como el 350 de su categoría. Cuando MacEachern ve por primera vez su Porsche en el aeropuerto, se lleva un buen susto: «Parecía tener el color equivocado». Pero no, no había hecho mal el pedido. «De hecho era solo una capa de polvo que cubría el automóvil». Cuando desaparecieron todas las huellas del largo transporte comenzó el viaje. Un viaje que dura hasta hoy.

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1976

4.312 kilómetros / La boda

Bill MacEachern se casa con Lyse.

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1976

6.245 kilómetros / La fiebre de las carreras

«Mi primer viaje largo me llevó a través de Ontario y Quebec a una carrera Trans-Am en Trois Rivières», recuerda. Esa carrera significa un nuevo aliciente para el fan del Turbo. George Follmer se proclama vencedor en un Porsche 934, seguido de Al Holbert en el mismo modelo. MacEachern le ha cogido el gusto a las carreras. Tras esta excursión de fin de semana comienza un peregrinaje a numerosos circuitos de Norteamérica. En las décadas siguientes recorrerá con su Porsche cientos de miles de kilómetros en viajes a Sebring y West Palm Beach en Florida, Road Atlanta en Georgia, o Lime Rock y Watkins Glen en Nueva Inglaterra. MacEachern atravesará EE.UU. en cinco ocasiones para presenciar las legendarias Monterey Historic Races en California.

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724.759 millas: el tacómetro y el cuaderno de mantenimiento testifican la superación del millón de kilómetros.

1978

13.800 kilómetros / La siguiente generación

Su hijo Craig comienza a trabajar en el negocio familiar de limpieza de moquetas, y hoy es el CEO. Ese mismo año el segundo hijo de MacEachern, Brian, viaja en un Porsche 935 con el piloto canadiense Ludwig Heimrath a la Ciudad de México, donde este participa en una carrera y gana. Brian vuelve entusiasmado. La fiebre del padre por las carreras ha pasado a la siguiente generación.

1981

88.713 kilómetros / Lazos de familia

«Mi hijo Brian participó en 1981 por primera vez en una carrera. Hasta la fecha no ha cambiado nada», cuenta el orgulloso padre. Confiesa que ya ha tomado una importante decisión: su querido 911 Turbo debe permanecer en posesión de la familia cuando él ya no esté.

2006

641.312 kilómetros / Improvisación

No siempre funciona todo a la perfección. En un viaje a Monterey se rompe la polea del ventilador. «En el sur de Oregón era imposible encontrar un recambio», recuerda MacEachern. «Pero di con un taller que soldó la polea defectuosa». Así pude llegar a California a tiempo para presenciar las carreras.

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En el mejor estado: Bill MacEachern cuida mucho su Porsche – y está enamorado de su deportivo desde hace más de cuatro décadas.

2009

850.000 kilómetros / Accidente

Cuando se tiene una relación feliz durante 33 años hay que superar alguna que otra crisis. Lo mismo ocurre con los automóviles y sus propietarios. Al cambiar de vía, un SUV choca con el Porsche, que para aquel entonces ya tiene sus años. Eje de transmisión dañado, guardabarros abollado y un brazo de suspensión roto. Pero la suerte está de su parte: MacEachern y el conductor del SUV están observando el maltrecho automóvil cuando pasa por allí una camioneta con el emblema de Volkswagen. «¿Quién es?», pregunta MacEachern. «Es Eric. Tiene un taller de Volkswagen», responde su interlocutor. El nueveonce estará allí poco después, y en un abrir y cerrar de ojos de nuevo en condiciones para salir a la carretera. MacEachern conseguirá llegar a las carreras de Monterey tras una travesía de 30 horas.

2012

1.000.000 kilómetros / Celebración

«Cruzamos la barrera del millón mientras íbamos de camino al mercado de vehículos clásicos de Hershey, Pensilvania», cuenta MacEachern. «De vuelta a Toronto brindamos por ello».

2017

1.165.937 kilómetros / Resumen

Entretanto el 911 Turbo ha recorrido más de 725.000 millas y las cifras del contador siguen sumando, ya que MacEachern continúa conduciendo su fiel acompañante prácticamente todos los días. ¿Un nuevo automóvil? Nada más lejos de su intención: «El 930 marcó un periodo de transición. Los Porsche Turbo sentaron nuevas bases tanto en los circuitos como en la carretera. Y conducir uno de los primeros es un privilegio».

Texto Burt S. Levy
Fotografía Rennfilms

Encontrará más información en el nuevo 9:11 Magazine: www.911-magazine.com/en/quality/