Porsche - 7:34,30 min.

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Lo mejor es prepararse a la perfección. Es lo que piensa Emerson Fittipaldi cuando se dispone a recorrer el «infierno verde» en su Porsche CanAm. La estrella de la Fórmula 1 quiere entrenarse para el Gran Premio de Alemania en 1974, y la mejor oportunidad para ello se le brinda en la segunda vuelta de la Interserie europea que se celebra unas semanas antes.

A sus 27 años, este brasileño ya llevaba tiempo siendo uno de los más grandes del mundo del Grand Prix de aquella época: en 1970, con 23 años, ya se había convertido en el ganador de Grand Prix más joven, y en 1972 hizo historia al convertirse en el campeón mundial más joven de Fórmula 1. Un récord que mantendría durante 33 años, hasta que Fernando Alonso se lo arrebatara en 2005. Original de São Paulo y apodado «Emmo», siguió aquella trayectoria que hoy se considera escuela clásica: karting, Fórmula V, Fórmula 3 y Fórmula 2 en Europa. Una trayectoria llena de éxitos acordes al excepcional talento de Fittipaldi. En medio de la temporada se le ofrece la oportunidad de entrar en el equipo Lotus F1 Team. Pero lo que a él le interesa es seguir practicando. No quiere dejar nada al azar.

Domingos Piedade es uno de sus mánagers. Este portugués desarrolla un ingenioso plan: «¿Por qué no sentar a Emmo al volante de un Porsche 917/10?». La idea con el Spyder de 12 cilindros, que había sido desarrollado en 1971/72 para la serie norteamericana CanAm, convence inmediatamente a Willi Kauhsen, de Aquisgrán, propietario de una escudería. Kauhsen posee dos ejemplares de este bólido de 1.000 CV y pone uno de ellos a disposición de Fittipaldi.

El circuito no es nuevo para él. Ya participó aquí en carreras de Fórmula 1 en 1971, 1972 y 1973. «Pero quería conocer mejor el circuito», dice el piloto. «Si te crees que conoces el Nürburgring, estás muy equivocado. El Nordschleife hay que entrenarlo una y otra vez». El talento de Fittipaldi ya se adivina el 16 de junio de 1974 en el entrenamiento. A la primera lleva a la pole un coche al que todavía no estaba acostumbrado. El cronómetro se detiene en 7:34,30, una ventaja de casi 10 segundos respecto al segundo. Y aún podría haber sido superior: «No tenía la sensación de haber llegado al límite con el 917/10. Piloté la vuelta de una forma más bien conservadora».

El día de la carrera, el 17 de junio, llueve. En el calentamiento el Porsche funciona con solo 10 cilindros y Fittipaldi tiene que hacer frente a la pérdida de tracción y el sobreviraje. Consigue llevar el 917/10 a la cuarta posición. «A pesar de todo, disfruté mucho en esa carrera», dice aún hoy.

Texto Gregor Messer


16/06/1974
Copa Goodyear, Carrera de 300 kilómetros
Nürburgring, Alemania
22,834 kilómetros de longitud
Porsche 917/10