El sistema de gestión electrónica minimiza las oscilaciones y vibraciones perceptibles de todo el tren propulsor, en particular del motor, combinando las ventajas de los apoyos duros y blandos de este.
La suspensión dura del motor es óptima en términos de comportamiento dinámico, pues ofrece un comportamiento de marcha más preciso. Por el contrario, los apoyos blandos del motor minimizan las oscilaciones y las vibraciones. Esto incrementa el confort sobre firmes irregulares, aunque lo hace en detrimento del comportamiento dinámico.
Nuestros ingenieros han resuelto este problema adaptando la rigidez y amortiguación de los apoyos del motor al estilo de conducción y a la naturaleza de la calzada. De ello se ocupa un campo electromagnético y un líquido que, a su vez, posee propiedades magnéticas.
Así, un apoyo más duro del motor permite que el comportamiento en conducción sea mucho más estable en los cambios de carga y en curvas rápidas. Además, los apoyos dinámicos reducen las vibraciones verticales del motor cuando se acelera a plena carga.
El resultado: una fuerza de propulsión mayor y más uniforme en el eje trasero, una tracción superior y una mejor aceleración. Y, con un estilo de conducción tranquilo, el confort de marcha aumenta gracias a la configuración más blanda de los apoyos dinámicos.