Porsche - El rendimiento hace escuela

El rendimiento hace escuela

La Porsche Sport Driving School cumple cuarenta años. Desde 1974 se enseña el manejo del volante al más alto nivel.

El rugido de los motores bóxer retumba en todo el circuito. Los frenos chirrían. En el circuito de Hockenheim, a principios de agosto de 1974, el aire huele a goma, aceite y gasolina. Los pilotos de los nueveonce conducen a toda velocidad por el circuito no sólo pendientes del cronómetro, sino también en busca de la trayectoria ideal. Tranquilos, reposados, controlados. Algunos deportivos zigzaguean junto a ellos por carriles marcados por conos de seguridad, se deslizan por zonas inundadas y esquivan obstáculos aparecidos de repente. Hasta aquí todo está claro. Pero la diferencia es que no conducen pilotos profesionales, sino conductores normales. Son alumnos de la recién fundada Escuela de Conducción de Porsche.

Lo que hace 40 años comenzó como un cursillo para algunos amantes del automóvil se ha convertido en la escuela internacional Porsche Sport Driving School (PSDS), que ofrece cursos en 15 países. Los clientes de Porsche pueden mejorar aquí paso a paso sus capacidades conductoras. La filosofía se ha mantenido igual a lo largo de los años: «Ellos nos comunican sus objetivos en la conducción y nosotros nos encargamos de que los logren».

«Nosotros» son los instructores o entrenadores. Uno de los 100 instructores que hay en todo el mundo es Carsten Dreses, que describe así los objetivos: «Queremos transmitirles el tacto, el arte de saber interpretar el automóvil y así entenderlo mejor. Si el piloto sintoniza con el automóvil, automáticamente se siente más seguro cuando está conduciendo, y a su vez lo hace más rápido». A sus 43 años ya sabe de qué está hablando: como ocupación principal es ingeniero de desarrollo de Porsche, y en su tiempo libre compite en carreras de largo recorrido. Desde 2004 instruye a los ansiosos alumnos unas 15 veces al año y les enseña cómo conducir con mayor seguridad y rapidez.

Esta foto de 1976 hacía publicidad de la Escuela de Conducción, que ya entonces tuvo gran acogida en Alemania. Un año después Porsche ofreció por primera vez cursos en el extranjero

«Hoy, como hace 40 años, lo que cuenta no es aprenderse de memoria una teoría aburrida, sino disfrutar de la conducción», reconoce su compañero Klaus-Peter Krüger. Este ingeniero de 57 años trabaja en Porsche desde 1981 y desde 1991 también es instructor y supervisor en la Porsche Sport Driving School. Tras 23 años de actividad sigue estando convencido de la idea, el concepto y los contenidos de esta especial autoescuela. «Se trata siempre de sentarse bien, de saber manejar el volante y frenar. Pero con el ABS, el Porsche Stability Management (PSM) y el resto de sistemas de asistencia, los automóviles se conducen de otro modo en condiciones límites. Damos consejos a los conductores sobre en qué situaciones actúan de apoyo y funcionan cada uno de los sistemas», comenta Klaus-Peter Krüger. En segundo plano los alumnos zigzaguean con pericia entre los conos.

«Antes no podías confiar en los sistemas de aistencia», cuenta Krüger a su compañero. «Había que saber qué pasa en determinadas situaciones». Como en el primer 911 Turbo de 1974. «Sobre todo en las curvas era difícil de conducir. Cuando se aceleraba, podía suceder que de repente se adelantara en un subviraje. Si se soltaba de pronto el acelerador, la cola solía desviarse hacia afuera», comenta el ingeniero.

El Porsche 911 Turbo es una de las causas de los primeros cursos de la Escuela de Conducción de Porsche. El súperdeportivo se iba a presentar en octubre de 1974 en el Salón del Automóvil de París para comercializarlo a partir de la primavera de 1975. A los ingenieros y los vendedores les quedó claro, tras las primeras pruebas de ventas, que sólo iban a poder conducirlo con rapidez y seguridad y aprovechar sus espectaculares prestaciones aquellos conductores experimentados que dominaran perfectamente el manejo del vehículo.

Los instructores dan órdenes por radio a los participantes en el curso
Una conducción precisa se entrena entre otros con un recorrido en slalom por los conos

Porsche, consciente de su responsabilidad también frente a conductores fuera del circuito de carreras, desarrolló en­trenamientos especiales para enseñar el manejo adecuado y sobre todo seguro del súperdeportivo. En los primeros entrenamientos en agosto de 1974 se utilizaron Porsche 911 «normales» y algunos meses después las variantes Turbo. Entre los clientes se corrió la voz rápidamente: las pocas plazas disponibles se agotaron enseguida.

Los profesores son experimentados. Proceden directamente de la «universidad» del circuito de carreras o del «laboratorio de pruebas» de Zuffenhausen o Weissach. Son trabajadores de Porsche y comparten sus conocimientos con gusto. Auténticos, entusiastas, comprometidos, con un pie derecho calibrado con precisión y un amplio sentido de la comodidad de su trasero. En grupos de un máximo de diez automóviles enseñan a sus alumnos el gran arte de la conducción.

Un briefing antes de comenzar el entrenamiento Porsche en el circuito
Los entrenamientos de invierno en Finlandia ofrecen seguridad en la conducción sobre nieve y hielo

Las clases de hace 40 años no se diferencian mucho de los entrenamientos actuales. Se explica la posición correcta del asiento, se coloca el respaldo más recto y se calienta el motor. Los ejercicios no son fáciles y permiten maniobras imposibles en carreteras públicas: el comportamiento correcto cuando de repente aparecen obstáculos o en curvas que se cierran, la conducción en circuitos de slalom o en chicanas, patinaje sobre una superficie resbaladiza y cómo encontrar la trayectoria ideal. Al final se evalúan la técnica y el estilo. «Ya entonces los objetivos de los ejercicios eran la reacción rápida en situaciones críticas y el conocimiento de los límites», dice Klaus-Peter Krüger.

Si los primeros cursos aún se basaban en el talento de los instructores para improvisar, en la actualidad están claramente estructurados y organizados. Los contenidos se imparten de forma más compacta y a la vez se ha incrementado el placer de conducir. El entrenamiento dura entre uno y tres días, dependiendo del curso. «Nuestra oferta se dirige a todos los conductores, desde principiantes a pilotos de carreras, ya que los cursos se adaptan a ellos. Hace 40 o incluso hace 20 años esto todavía no existía», afirma Krüger. Además del clásico entrenamiento en circuitos de seguridad y de carreras, hay también cursos offroad y de invierno.

Al comienzo del entrenamiento todos los vehículos se posicionan en línea de salida
Carsten Dreses (izda.) trabaja en Porsche como responsable del desarrollo de la fase previa de la construcción de vehículos. Desde 2004 dirige cursos de la PSDS. Klaus-Peter Krüger (dcha.) trabaja en el desarrollo del sistema electrónico del motor y desde 1991 da cursos de seguridad en la conducción

También han cambiado los deseos de los participantes. Los clientes tienen cada vez más interés y son más exigentes. No sólo desean conducir más seguros y mejor, sino también comprender qué hace un vehículo y cómo lo hace», dice Carsten Dreses, y Krüger asiente con la cabeza. Los profesionales conocen a la perfección las diferencias y los detalles de los Porsche, por tanto pueden res­ponder con detalle a las preguntas de los alumnos.

El propósito de los cursos es la conducción segura, precisa y previsora y la manera de gestionar la velocidad. «Muchos conductores manejan demasiado inquietos, están demasiado nerviosos. Con más tranquilidad y relajación la conducción se vuelve automáticamente más suave», afirma Dreses. Cuando se conduce bien y seguro, se disfruta más: «Por ello, en los niveles de entrenamiento Precisión y Rendimiento enseñamos primero a frenar correctamente y a dominar el vehículo», explica el ingeniero. Los conductores con ambiciones deportivas pueden mejorar sus capacidades en el curso Master, y una vez superado el Master RS se otorga la Licencia A de la Federación Alemana de Automovilismo. La oferta de cursos (dcha.) comprende además entrenamientos especiales de invierno en Finlandia, donde los alumnos aprenden la física de la conducción sobre hielo y nieve. «Para redefinir los límites hay que conocer primero los de uno mismo», dice Dreses. Los ejercicios son ideales para ello. «Nuestros clientes ya tienen los vehículos perfectos, lo que pretendemos nosotros es que también sepan poner en funcionamiento correctamente esta herramienta».

Texto Fabian Hoberg

Historia

Hitos de 40 años de Porsche Sport Driving School

El mayor rendimiento posible. Esta norma rige en la Porsche Sport Driving School desde 1974, año en que el primer 911 Turbo redefinió prácticamente los límites de la física de la conducción y pedía a voces un instrumento adecuado para poder llevar a la carretera de forma segura casi toda su potencia.

1974

Se inaugura la Escuela de Automovilismo de Porsche con un evento en el circuito de Hockenheim

1977

Primeras ofertas internacionales de entrenamiento (Bélgica, Francia, Austria)

1986

Se incluyen en la oferta de la PSDS cursos especiales para mujeres

1990

Tienen lugar en Austria los primeros entrenamientos en seguridad de la conducción sobre nieve y hielo

1996

Porsche ofrece también entrenamientos de invierno en Finlandia

2002

Se introducen en la oferta de cursos los circuitos de rodaje y de pruebas de Porsche Leipzig

2004

Introducción de los primeros entrenamientos específicos (por ejemplo, curso de drifting g-Force)

2005

A partir de ahora los participantes pueden realizar los cursos también con Porsche de alquiler

2007

Se estandarizan las actividades internacionales y se cambia el nombre a Porsche Sport Driving School

2010

Primer evento dirigido explícitamente a vehículos clásicos

2012

Se ofrecen por primera vez entrenamientos exclusivos para grupos pequeños con un instructor personal

2014

La Porsche Sport Driving School cumple 40 años