Porsche -
 

Bueno, pero no manso.

Sir Cecil Walter Hardy Beaton fue uno de los grandes iconos de estilo del siglo XX. Alcanzó la fama tanto por sus glamurosos retratos fotográficos como por sus excentricidades. A su mansión de Wiltshire, en Inglaterra, solo invitaba a gente guapa o, al menos, a aquellos cuyo color de pelo hiciera juego con las cortinas de su Reddish House.

La de los excéntricos no es una especie que abunde. De cada 10.000 personas, solo una lo es. El principal rasgo de su personalidad es su inconformismo sistemático, lo que requiere tener mucho valor. Su creatividad puede mover montañas, y sus extravagancias despiertan simpatía: que si una tiene 7.500 gnomos en el jardín, o si el otro «al revés las frases dice». Karl Lagerfeld, el rey de la alta costura, pedía que sus coches tuvieran bebederos con suspensión cardán para que en las curvas el agua de sus perros no se derramara sobre las alfombrillas.

Entre los raros, los excéntricos son los más solitarios. Pero lo cierto es que en todo ser humano late un deseo de individualidad. Singularidad para pensar y actuar. Un rasgo singular en el comportamiento frente a la elegante homogeneidad y la colaboración impersonal. Una pequeña inadaptación dentro de la epidemia conformista. Pero, al mismo tiempo, en la autoexpresión del yo cada vez está más presente la necesidad de pertenecer a un grupo, siempre que sea elegida por uno mismo. Los individualistas quieren estar en contacto con otros individuos. La interacción con el prójimo es tan importante como la propia individualidad, y ese es precisamente el preámbulo de la comunidad Porsche.

Individualización es libertad de elección. Prácticamente no existen dos Porsche idénticos. En 1978 el fabricante de deportivos ofreció por primera vez el programa de pedidos especiales, la personalización de vehículos ya de fábrica. Hasta ahora, un 40% de todos los 911 se ha concluido manualmente en lo que hoy se llama Porsche Exclusive Manufaktur. Al configurar su vehículo, cada cliente de Porsche selecciona al menos dos opciones de equipamiento del programa de individualización. Las series reducidas y las ediciones limitadas tienen una larga tradición en la casa alemana, empezando por un 356 con pelo sintético. Porsche construye ejemplares únicos en serie ya de fábrica. Tres nuevos modelos en este número, tres estilos de vida: el 718 Cayman T, un concepto conocido del 911, purismo para la carretera. Luego el 718 Cayman GT4 Clubsport, dos variantes afiladas, cercanas a la serie, para pilotos aficionados con ambiciones y para competiciones nacionales e internacionales. Y, por último, el Cayenne Coupé, diseñado especialmente para satisfacer los gustos personales y las necesidades individuales de la generación de los todoterrenos.

En 2018, Porsche entregó más coches que nunca en sus casi 71 años de historia. Y, a pesar de ello, seguimos siendo especiales, únicos, nos salimos de la norma. Porque, como decía Simone de Beauvoir, «la felicidad consiste en vivir como todo el mundo y sin embargo no parecerse a nadie». Y es que ser diferente es más divertido cuando hay otros que también lo son.

Venga de donde venga, vaya a donde vaya, nuestro Christophorus le acompaña.