Porsche -
 

Ni más. Ni menos. El punto justo. El diccionario conoce varios significados para el concepto «menos»: carencia, abnegación, mesura. Renunciamos a algo que ya no queremos, menos es más. En el campo inmobiliario, los americanos llaman «small house movement» al movimiento opuesto al «bigger is better».

En la industria del automóvil, el minimalismo es lujo, y a la reducción en las dimensiones técnicas se le llama «downsizing»: peso, cilindrada, número de cilindros. Una vía que no es de un solo sentido, sino que trae avance tecnológico y refinamiento técnico. La pregunta que hay que plantearse es: ¿Cómo puede sacarse más de menos?

Una respuesta sería: con el turbo. Con él, Porsche ha ganado casi todo lo que se puede ganar en el deporte del motor: carreras de largo recorrido y, como fabricante de motores, la Fórmula 1. El principio es sencillo: menor cilindrada, menos cilindros y menor consumo, pero en cambio más fuerza. El 919 Hybrid de la clase LMP1 encarna esta técnica mejor que cualquier otro coche de carreras que haya existido antes: alto rendimiento del sistema gracias a la recuperación de energía con un turbo de cuatro cilindros.

Desde el circuito de carreras a la carretera: por ejemplo el nuevo 911 Carrera, llamado internamente 991 II. Menor cilindrada, más rendimiento, menor consumo. Y si se cuentan los cilindros de la nueva serie 718 Boxster, ahora el resultado es menor: cuatro. Antes eran más: seis. ¿Una desventaja? En absoluto. Se trata del mayor salto en cuanto a potencia en la historia de este modelo. Esperamos que un 718 Boxster pueda dar la vuelta al bucle norte del Nürburgring en 16 segundos menos que un Boxster S de la serie anterior. Y el consumo de combustible es hasta un 13 % menor según los estándares vigentes. ¿Es poco? ¿O es más?

Es el punto justo. «Rightsizing». Lo justo en el momento justo. No es que menos Porsche sea más Porsche. Porsche es simplemente Porsche. Seguir siendo quienes somos. Ni grandes. Ni pequeños. Ni ruidosos. Ni silenciosos. Solo mejores.

Venga de donde venga, vaya a donde vaya, nuestro Christophorus le acompaña.